Según un estudio llamado “el Juego y el Juguete en la sociedad actual” realizado por el Juegorama de Famosa,el 80 % de los abuelos y abuelas españoles se han convertido en los nuevos compañeros de juego de sus nietos debido a la prolongación de horarios profesionales, falta de hermanos con los que jugar, y también a la mayor esperanza de vida.
Desde luego no es infrecuente que padres e hijos tengan pocas oportunidades de compartir el tiempo de ocio por motivos laborales. Por otra parte se ha ido observando una tendencia a que sean los abuelos los que se ocupen de los pequeños a tiempo completo hasta los tres años y posteriormente se encarguen de recogerlos del colegio.
Desde el Observatorio del Juego Infantil de la Asociación Española de Fabricantes de Juguetes, señalan la importancia del juego intergeneracional tanto para las personas mayores como para los niños. “Tienen tiempo, sabiduría, experiencia y paciencia, y ello les convierte en magníficos compañeros de juego”. Los niños de hoy encuentran en sus abuelos los aliados perfectos para jugar y comunicarse; y con ellos aprenden a relacionarse, a respetar turnos, reglas, a pensar.
Creo que todos recordamos con ternura los momentos pasados junto a nuestros abuelos, ellos nos transmitían experiencia, cariño y apego a las tradiciones, y todo ello sin sentirse obligados a cuidar de nosotros, porque para eso estaban los padres. En realidad los abuelos son los que unen a los niños con su pasado, ¡qué papel tan importante! ¿verdad?.
La consultora pedagógica Imma Marín, miembro del Observatorio del Juego Infantil y presidenta de IPA en España (Asociación Internacional por el derecho de niños y niñas a jugar), señala que “el juego es fuente de alegría, vitalidad, optimismo, humor. Los niños en sí mismos, son una fuente de vida para los abuelos, sobre todo si no se convierten en obligación”. Y recuerda que “el juego que se juega con otros crea complicidades y vínculos afectivos importantísimos. Nietos y abuelos jugando es una imagen enriquecedora para ambos”.
Asimismo, Marín destaca que “los abuelos que juegan con sus nietos crean lazos invisibles con ellos, recuperan su niño interior y alimentan su capacidad de juego, lo que repercute a favor de su salud física y mental. Al compartir sus juegos con los pequeños, reafirman su autoestiman y se sienten más valorados”. En el caso de los niños, la pedagoga indica que para ellos es un tesoro porque “se sentirán comprendidos, valorados y queridos. Escucharán con atención las historias que los abuelos les expliquen y aprenderán sus juegos y formas de jugar. Los abuelos son adultos ‘sabios` dispuestos a escuchar y a compartir su tiempo divirtiéndose con ellos jugando… ¿hay mejor manera de sentirse querido?”.
¿Cuáles son los juegos y juguetes más indicados para el juego intergeneracional?
Los juegos y juguetes deben ser acordes con la edad del niño y que lo más importante es compartirlos y disfrutarlos con ellos. En este sentido, indica que a los pequeños, les encanta jugar a aquellos juegos que les proponen y enseñan sus abuelos. Si son más mayores, disfrutarán compartiendo sus intereses con los abuelos.
En cuanto al tipo de juegos, Imma Marín no excluye entre juegos y juguetes actuales o antiguos; mientras que para Andrés Payà (Universidad de Valencia), “son quizás los tradicionales y populares, junto a determinados juegos de mesa clásicos los más recomendables para tal fin”. Eso es así porque “en ellos los jugadores se trasladan o evocan tiempos pretéritos en los que la sencillez de los materiales y las reglas, conformaban la esencia lúdica de una actividad tan educativa y placentera a la vez”.
La búsqueda del juego o el juguete adecuado para este tipo de juegos debe adaptarse, como indican los expertos, a las características y necesidades del niño, así como también al tipo de juego, para ello existe una herramienta de gran utilidad, Ludomecum, una página web dónde adaptar su búsqueda y encontrar información acerca de las cualidades de cada producto.
Lo que está claro en mi opinión es que los niños deben disponer de tiempo y espacios para poder jugar, y que cuando dejan de ser pequeños necesitan a sus iguales para desarrollar sus juegos, aunque los padres y / o abuelos puedan continuar ejerciendo como “guías”